Si existe una
relación de continuidad de elementos para sentirte bien esa es la que se
establece en el trinomio belleza/salud/dieta.
Por eso no resulta baladí hablar de nutricosmética que es como hablar de ese
punto de intersección entre la alimentación y el cuidado personal.
Un nutricosmético,
según el reglamento europeo es definido como el productos alimenticio cuyo fin es complementar la dieta, una fuente
concentradas de nutrientes en cápsulas o polvos y que deben tomarse en pequeñas
cantidades. Pero adentrémonos un poco más en este universo.
La
nutricosmética está basada en el empleo de sustancias naturales para que
nuestro organismo obtenga todos los nutrientes esenciales que le permitan
combatir las agresiones externas y el deterioro de las células responsables del
envejecimiento.
Aunque suene
novedoso, la nutricosmética nada tiene de vanguardista. Si nos remontamos a la
antigüedad, los seres humanos hemos ido haciendo uso de los recursos que la naturaleza
nos proporcionaba para curarnos a través de raíces, de infusiones, de
extractos… ahora bien, el habito de reconocer cuales son las plantas que nos
son útiles para la salud lo hemos ido perdiendo a favor del universo de las síntesis
químicas.
La
nutricosmética es buena para todo el organismo. La lista
de nutricosméticos (sustancias autorizadas) es amplia: las vitaminas
A, D, E, K, grupo B, PP y C, minerales, ácidos grasos, antioxidantes,
polifenoles y extractos de plantas. Todo esto con el fin, entre otros, de
detener el tiempo –combatir arrugas, frenar la flacidez, aumentar la
densidad cutánea –, aportar energía a la piel, reforzar cabello y uñas o
combatir la celulitis y la retención de líquidos.
El
nutricosmético tiene que actuar desde el fondo a la superficie… pero claro, no
todos reaccionamos igual a los tratamientos. Factores como la propia genética, la
forma de vida, la alimentación, y todas las carencias que nuestro organismo
pueda sufrir en cada momento por razones de distinta índole, hacen que de
entrada, no se pueden esperar resultados inmediatos. A partir de este tiempo
mínimo, y siempre que exista una
continuidad en el tratamiento, la piel empezará a transformarse poco a poco.
Añadir que la
eficacia de la nutricosmética está en estrecha relación con la eficacia de los
tratamientos de belleza. Uno y otros interactuando resultan mucho más eficaces y
los resultados mucho más evidentes y duraderos.